La Calle de Córdoba XXI

viernes, 13 de mayo de 2016

Las cuentas de la unidad popular y la parábola de las tres hambres; cuidado con el perro.


Que Podemos es la creación del feroz austericidio llevado a cabo por el Partido Popular bajo una crítica de salón parlamentario más o menos, rutinaria del PSOE, es algo tan patente que no requiere comentario alguno. Lo singular surge, no obstante, días atrás cuando el primer pensante estratega del Estado Mayor de Podemos –el líder en la sombra Juan Carlos Monedero–, publicaba en la prensa afín un análisis “militarista” de lo que él mismo denomina como “hipótesis populista” de la construcción de un pueblo en marcha.

En su artículo de pastoral castrense, el mariscal de campo Monedero explica brillantemente al nostálgico pueblo de Izquierda Unida que acaba de incorporarse a la 26J–División del ejército político podemita cuales son las líneas tácticas y estratégicas que desde 2014 gobiernan el potente portaviones “Podemos” de transformación política.


Cuidado con el perro

Como primer objetivo estratégico Monedero señala la reinvención del espacio antaño representado por la izquierda al que acusa de estar malbaratado por un socialismo espejo de la derecha, un comunismo maniatado en los fardos de la historia y un anarquismo testimonial.

Se trata de un espacio que Monedero cierra expeditivamente con el cartel de aviso que dice “cuidado con el perro”. 

El éxito de Podemos, explica, radica en desprenderse de las etiquetas clásicas del relicario de la izquierda oxidada por cuanto en el siglo XXI el obrero no marca conciencia, mientras que el damnificado y agraviado si lo hace. Es decir, que el enfado si genera conciencia en mucha mayor medida que la catequesis ideológica.

Esta es la “hipótesis populista” que el Estado Mayor de Podemos extrae del 15M. Pero “Podemos” no es el 15M, asegura Monedero, sino la reconducción de ese enfado generado por el austericidio.


La revolución de los dos momentos

Una reconducción que se realiza en dos momentos. Uno denominado “destituyente” de ataque a los responsables del enfado. Y otro denominado “constituyente” para después del ataque definir un nuevo marco político y constitucional.

En el procedimiento “destituyente” de ataque a los responsables del enfado nos describe Monedero las claves de la estrategia seguida por Podemos en el territorio de una sociedad en crisis. Se trata de un territorio donde los mapas existentes han perdido cualquier anclaje con lo real por cuanto ningún discurso tiene capacidad para reinventar la realidad. Una capacidad que en contraposición Monedero si le reconoce al lenguaje.

Así, mientras que lo real en democracia es el voto, en la política la única realidad existente son las instituciones.


Cambio de paradigma en ciencia politológica

Monedero está elaborando aquí el boceto de un nuevo paradigma presuntamente innovador del pensamiento político tradicional separando discurso de lenguaje por cuanto focaliza sobre el lenguaje las mismas propiedades de convicción que hasta ahora se venían atribuyendo exclusivamente sobre el discurso político.

Y Monedero lo explica sobre el mismo cartel que ha puesto sobre la cancela del viejo espacio de la izquierda donde dice “cuidado con el perro”. Un discurso que adquiere sentido en función de la realidad de la palabra “perro”. Una realidad que según el líder en la sombra de Podemos no siempre funciona; “no durante mucho tiempo, ni en todas las ocasiones.” 

Que el tiempo es un agente que descompone permanentemente la fuerza de lo real es un dato de sobra conocido en, al menos, la botánica y la geología clásicas, aunque para los politólogos de la complutense parece revelarse como la clave fundamental del éxito de la “hipótesis populista” de Podemos.


La alternativa de lo utópico es lo concreto

Basar la política en el discurso es tanto como crear parroquias y ejércitos que trazan líneas de división identitarias entre “los nuestros” y los “ellos”. Consecuentemente opina Monedero que; ”la alternativa está en beber de una realidad alumbrada por la teoría o de una teoría desanclada de la realidad.“ O lo que es lo mismo; beber del lenguaje, o del discurso. Es decir; de lo concreto, o de lo utópico.

Es, según Monedero, la diferencia entre Laclau que escribía a 7.000 kilómetros de lo que explicaba, o Boaventura de Sousa, el sociólogo portugués, “que se mancha los manos con los movimientos” que analiza. Misma diferencia que se tiene, por cierto, entre el discurso de Julio Anguita y las acciones de Ada Colau como activista social.


La intelectualidad del huevo kinder

Maestro del discurso de huevo kinder con raíces en la LOGSE de 1990, Monedero tiene frases memorables como ésta que critica el esfuerzo de la prensa por convertir el hecho 15M en discurso; “No es extraño que a los grandes grupos mediáticos les guste más el heideggeriano Laclau, precisamente porque al tiempo que llena el ruido de trazas de avellana y pompa, quiere convertir el cambio social en un discurso y, con bastante probabilidad, lo desactiva. Nada nuevo con cierta interpretación lacaniana que corre el riesgo de radicalizar el enunciado y abandonar lo material. Lo escribió José María Valverde hace décadas hablando de Martin Heidegger: “Cascando las palabras como nueces/ construye don Martín perogrulleces”.  

Así Monedero mete en una coctelera a un psicoanalista francés Jacques Lacan, uno de los filósofos más trascendentes del s. XX, Martin Heidegger, y un escritor-filósofo español José María Valverde, para después de agitarla excretar una perogrullada on the rock de antro en penumbra para delirio de la clientela izquierdista ya atiborrada de coca–“cola”.


La blitzkrieg prusiana del mariscal Monedero

Pero si resulta realmente memorable la pedagogía de la condena de Monedero a una prensa enfangada en barrizales atestados de toda clase de minas y detritus orgánicos; no es menos meritorio el momento donde revela los ensayos y errores cometidos por Podemos en el campo de la guerra electoral desplegada bajo la táctica militar prusiana de principios de siglo XX denominada “blitzkrieg”.

Para el flamante Mariscal de Campo de Podemos el primer tiempo de la blitzkrieg terminó en empate técnico tanto por el fracaso andaluz, como por la contabilidad  favorable al PSOE en 300.000 votos. Pero también porque IU con su millón de votos mostró el fallo táctico de la guerra relámpago de Podemos que no apreció debidamente una “transversalidad” del electorado español claramente escorada hacia la izquierda.

De esta forma la dirección de Podemos reconoce el tanteo poperiano de “ensayo y error” por el que la desideologización de la hipótesis populista quedó refutada en las urnas. Un fallo en la hoja de ruta de la blitzkrieg que obliga a Podemos a replegarse en torno a su postura inicial de “unidad popular” para, al menos intentar sumar en caja el millón de votos de IU. 

Monedero explica este repliegue mediante una táctica de transversalidad “light” que él mismo justifica en términos de “una fuerza política transformadora en tiempos de hegemonía neoliberal.” Curiosa forma de despojar al nuevo inquilino de la parroquia de toda su tradición ideológica –tan característica de Izquierda Unida–, y mostrarle el pabellón de acuartelamiento que le corresponde. No en balde Monedero puntualiza que Podemos “nació reclamando la unidad de la gente, no la unidad de las izquierdas.” Razón por la que “la hipótesis populista sólo quiere marcos ganadores.”


Reinventar la izquierda en el proceso constituyente

Así tras el apalancamiento de la estrategia de shock y pavor tras las elecciones del 20D, explica Monedero que “tocaba discutir con lo existente (IU) buscando una traducción entre los que se oponen al estado de cosas que permitiera reinventar el lugar antaño llamado izquierda.”

La postulada “traducción” se formula en términos de una transversalidad “light” de suma exclusivamente cuantitativa, por cuanto no se baraja la integración de sujetos políticos autónomos, ni tampoco la traducción tiene vocación de puente entre lenguajes distintos. Así, lo que Monedero sugiere es una auténtica trituración de IU mediante un proceso “destituyente” seguido de otro “constituyente”. Métodología dual que permite a Podemos “reinventar un lugar antaño llamado izquierda.” No es reinventar la izquierda clásica insiste Monedero; “sino una nueva forma política que hace política de otra forma y que viene a ocupar el lugar de la antigua izquierda. Porque esa antigua izquierda ya no vale.”


La parábola de las tres hambres y un hambreador

La brillantez del nuevo zelote del populismo parroquial del siglo XXI llega a su más alta cumbre de deconstrucción del discurso cuando focaliza todas las políticas antiausteridad imaginables en la original fórmula de “tres hambres y un hambreador,“ actualizando de relámpago, y en plena era de la revolución tecnológica el viejo lenguaje cristiano de las parábolas: El hambre del pueblo; el hambre de IU y el hambre de Podemos. A saber; 

El hambre del pueblo de salir del bipartidismo y de las política que condenan al paro, a la precariedad, a la emigración, a los desahucios, al copago, a la feminización de la pobreza.”

El hambre de IU de salir de su condena al 5% de los votos y a la inutilidad política por culpa del sistema electoral,” 

Y finalmente; el hambre de Podemos de romper sus propias costuras y seguir construyendo un espacio que vaya más allá de su condición de nave nodriza. Asumir su obligación de abrir caminos para todos los que quieren hacer las cosas de manera diferente.” 

Así el Pueblo, IU y Podemos son los buenos del relato–parábola construido ahora por una gramática de objetivos separados por comas. Siendo ineluctablemente el malo “el hambreador”, una palabra de origen americano muy usada a lo largo del Rio de la Plata cuando los tupamaros desarrollaban su lucha en representación de todo el pueblo trabajador. Corrían los tiempos de mitad del siglo XX.

Asombrosamente el viejo cartel que avisaba ortodoxamente del perro mordedor lo ha traducido Monedero a un nuevo cartel que coloca en la cancela de la finca podemita “del nosotros” que reza; “cuidado con el hambreador”. Pura síntesis magistral de la versión española adaptada para twitter de “Das Kapital - Kritik der politischen Ökonomie.” del viejo relicario de Karl Marx .

Se trata de una verdadera opera prima de la cultura podemita española digna del premio Principe de Asturias en su modalidad twitter y que en menos de 140 caracteres condensa la descripción sintética de todo un relato de la nueva política española en el que Monedero identifica brillantemente en una sola palabra –el hambreador– al mismo ogro del régimen del 78; El hambreador bipartidista –dice Monedero–, ese que lee el Marca o es un joven viejo, se referencia, agotado, solo en una España que muere y que bosteza.”  Ni Miguel de Cervantes resucitado podría hacer retrato tan perfecto de la España de comienzos del siglo XXI.


El sorpasso podemita

La creatividad politóloga de Monedero supera con creces la creatividad mística de Santa Teresa lanzando a los parroquianos podemitas la consigna del nuevo relato con forma de algoritmo discursivo solo descifrable por los auténticos nosotros: “aunque empecemos a oír voces desesperadas –dice Monedero–, que quieran sumar lo viejo en una gran coalición de reliquias.”

Y vuelve a la blitzkrieg, aunque en esta segunda ronda se adentra por la variante USA de “shock y pavor” pintando en el cielo de la parroquia la fuerza tsunami del Podemos–IU acompañada de la banda sonora de un clamor popular jadeante que desde su acuartelamiento lanza constantemente misiles doctrinarios tomahawk contra el PSOE durmiente; uno por su negativa a subordinarse a Podemos en el Senado; otro de recuerdo por su pecado de promiscuidad con Ciudadanos, etc, etc, y así hasta el 26J.

Al mismo tiempo lanza al mar sus redes de salvamento para rescatar en la bodega podemita a los náufragos honestos de la patera errante del PSOE. Mientras la derecha española ve divertida el reality show del sorpasso podemita desde la terraza engalanada de su crucero pullmantour sadomasoquista neoliberal de corruptelas tax–free y barra libre.

160513 Paco Muñoz

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