La Calle de Córdoba XXI

domingo, 8 de mayo de 2016

La catequesis del fundador de la Universidad Loyola plagia las enseñanzas del gitano del pueblo

La catequesis dominical del octogenario profesor jesuita Jaime Loring, fundador de la Universidad Loyola, contrapone hoy en Diario Córdoba los poderes de base popular al poder hegemónico del poderoso en el relato bíblico de San Marcos redactado hace ya más de 2.000 años atrás. Sin embargo su tesis puede resultar en un descarado plagio de las enseñanzas del gitano del pueblo.

Firmar su artículo publicado hoy en la antigua prensa del movimiento bajo el título de “profesor jesuita” es una evocación de la vieja madrasa religiosa jesuita revestida de la secularidad ambigua del alzacuellos de profesor moderno.

El poco racionalismo de Loring se compensa con la mucha bondad cristiana hablando de los misterios del mesianísmo triunfante para concluir en la utopía geométrica de lo mucho que puede hacer la base que no puede hacer el vértice. 

Queda claro que hablando de pirámides sociológicas el profesor Loring invoca una ciencia infusa que cuanto menos no le ha llegado a tiempo cuando redactó su artículo.

Se trata de un relato incongruente ya en el título por cuanto se refiere al secreto mesiánico; el secreto menos secreto de toda la historia de la humanidad. No obstante el profesor jesuita insiste en invocar la fe del lector suministrándole un razonamiento irracional y contradictorio sobre la falsa modestia de un diós  que tras ser ajusticiado “por voluntad propia”, manda predicar su evangélica noticia, nada más y nada menos, que “a toda la creación (Mr 16 15).

Así que para salvar la contradicción por la que deambula su análisis controlado del mesianísmo triunfante que claramente usa a los romanos para que lo crucifiquen “por voluntad propia” ordenando a sus fieles que no dijesen nada de su “magia” curativa (Mr 1 43-44), extiende los poderes del último vértice de la creación –es decir; Dios–, sobre las bases impuras y pecadoras que nada hacen más allá de someterse a los poderes intermedios de los romanos crucificantes.

En su relato la “racionalidad” de Loring hace aflorar la impostura de una “sagrada familia” que sólo atiende al maná que le cae del cielo por el simple hecho de asistir de espectador pasivo a la eutanasia bíblica del mismísimo poder supremo a manos del poder intermedio de la justicia del imperio. 


Que la justicia sigue igual de impune que hace más de 2.000 años no es ya un secreto mesiánico sino una realidad ampliamente divulgada por los telediarios del mundo entero; aunque lo que quizás Loring quiera hacernos reflexionar con su catequesis del Diario Córdoba sea lo mismo que ya dijo aquel gitano entendido de “pleitos tengas y los ganes.”

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