La Calle de Córdoba XXI

viernes, 1 de marzo de 2019

El procés y la caverna; el drama de una tensión.


Si esto fuese una novela yo nunca la comenzaría frente al pelotón de fusilamiento de Macondo, sino mucho antes, y más cerca, en la habitación silenciosa del hotel Cervantes de Linares donde Manolete plácidamente se vestía de luces en una tarde de 29 de agosto.

En 1947 el miura se llamaba Islero, en 2019, su fisionomía ha cambiado y se llama «el procés». Dos figuras contradictorias tensionan la plaza. De un lado el estallido de ira protagonizado el pasado martes 26/02 por Girauta en el Congreso (1) tensiona las gradas, y de otro, en la arena del coso, la parsimoniosa coreografía judicial descompone realidades en «bits» de percepciones que luego reorganizados por las convicciones de los siete magistrados del Tribunal Supremo retornarán al público bajo la forma de «hechos jurídicos» que señalarán la culpa y ajusticiarán a los reos.