La Calle de Córdoba XXI

miércoles, 23 de diciembre de 2020

Recuperación económica entre las maravillas del pragmatismo y la trigonometría de los fiscales rectilíneos

En octubre de 1820, en los albores del denominado como “trienio liberal” español (1820-1823), que rescató «la Pepa» –la Constitución revolucionaria de Cádiz (1812)–, contra el absolutismo de Fernando VII, el escritor francés Antoine Jay describía España Así: «El terror parecía congelar todas las almas, el pueblo parecía sumido en la ignorancia, el poder arbitrario se ejercía en toda su plenitud, ningún murmullo perturbaba el sueño de los cortesanos, los jesuitas organizaban pacíficamente sus escuelas de servidumbre, la Inquisición cubría las provincias con sus familiares, la prensa era una esclava: ¡tantos elementos de descanso, tantos motivos de seguridad!»

domingo, 13 de diciembre de 2020

El fondo europeo anticrisis; utilidad y reparto

Con la pandemia parece que estamos reviviendo el segundo libro del éxodo a la espera del pan enviado por Dios. La antigüedad lo llamaba «maná», luego en el siglo XX Milton Friedman sustituyó a Dios por un helicóptero, y ya en el siglo XXI los Bancos centrales digitalizaron a Dios bautizando el maná con el eufemismo de la «expansión cuantitativa». Una expansión que se anuncia hoy en Europa bajo el eufemismo de «fondo europeos anticrisis».

Conforme esos fondos se van acomodando en la ontología de lo real, voces de todo tipo colman el espacio. Todas son igual de relevantes, y todas coinciden en su particular trascendencia. El idioma no importa, pero los intereses traslucen bajo el mantra de la separación del trigo y la paja, o lo que es lo mismo; de la inversión y el gasto.

miércoles, 2 de diciembre de 2020

El misterio de ser de izquierdas en un país de derechas: Diez cuentos para tiempos de pandemia

No busques la verdad. La verdad te encuentra a ti
Corren tiempos de infortunios e irritación generalizada donde burbujean con renovado impulso seductoras retóricas hiperbólicas para agitación de convicciones. Quizás, en este estado de cosas, pueda ser prudente abandonar esa vieja ortodoxia de la sabiduría que baja del monte Sinaí con la cátedra bajo el brazo repartiendo tablas y mandamientos –hoy: excel y gráficas–, para su turbo lectura urbi et orbi; rápida, obediente, y mejor en diagonal. Es decir; en powerpoint.

Por el contrario, esta construcción narrativa se teje entre diez puntos de observación reflexiva, desprovistos de toda pretensión soberana y expuestos para su crítica y mejora con el espíritu reposado del gran maestro Giovanni Boccaccio, más experimentado en cuestión de conversaciones en pandemias. En todo caso se trata de digerirlos rumiándolos sosegadamente; no de atropellarlos. En ningún caso se recomienda aquí la búsqueda activa de la verdad, porque, con toda seguridad, la verdad normalmente le encuentra siempre a uno.

Aunque si es posible que no identifique claramente al lobo del cuento en los relatos. En compensación, si es probable que el lector encuentre una sobreabundancia de caperucitos y caperucitas a la espera de su oportunidad. Tampoco hay príncipe, pero sí encontrará en estos cuentos mucho ceniciento acoplado a los placeres de palacio. Acomódese.