Quizás la gran aportación de la Otra Realidad sea que Varoufakis abandona la museología tradicional de la izquierda ortodoxa para elevar la fantasía al poder y liberar la imaginación occidental de las ataduras de la ilustración en crisis; el trauma individualista y la paradoja del desamparo. O lo que es lo mismo; la liberación tanto de la vieja paradoja del Übermensch (el superhombre) de Nietzsche, como de su posterior adaptación neoliberal del individualismo sin vínculos thatcheriano.
El proyecto es simple; tan solo se trata de abolir la mitología del Superrico y su raza de gigantes capitalistas –los Bezos, los Musk, los Bill Gates, y los de la lista Forbes–, y liberar al 99% de los mortales del 1% de esa gran ilusión mitológica de la modernidad que Stiglitz calificó eufemísticamente como «el precio de la desigualdad» (Editorial Taurus 2012).