Si en la primera parte de esta reflexión concluíamos el siniestro
paralelismo existente entre la transversalidad de podemos y el crepúsculo de
las ideologías postulado por la extrema derecha franquista, la segunda parte esbozaba la novedad estructural del laboratorio de politología experimental de
la Complutense que sintetiza el plomo marxista de Gutenberg en el liviano
mensaje de “cuidado con el
hambreador.” Se trata de una sintetización de alambique que reduce la
compleja racionalidad de la ilustración a la lógica moderna de los 140 caracteres
de la férula de Twitter; reduciendo racionalidad a sentimiento instantáneo.
El racionalismo latente
de la socialdemocracia agarrotada
Es en esa lógica de la
necesidad, con sentimiento de angustia, donde la socialdemocracia debe marcar ahora
distancias entre los patriotas de las tiranías neoliberales, de un lado, y los
populismos nacionalistas del clásico pueblo en movimiento judío, por el otro
lado.
Misión arduamente
imposible si no se desvela el truco fraudulento del milagro retorico podemita,
ya que los supuestos “neoliberales” patrimonialistas,
y los supuestos “transversales" populistas, en ningún momento provienen de posicionamientos ideológicos
antagónicos, sino que configuran dos reflejos distintos de una misma paradoja
incongruente por cuanto son dos caras de una misma moneda; la ancestral irracionalidad
hispánica.
Consecuentemente se
trata de una distancia que urge marcar también desde posiciones ilustradas
contra el propio agarrotamiento ideológico del PSOE, únicamente centrado –en el
mejor de los casos–, en las grietas más superficiales de la patera nacional.
Así pues, Podemos
descubre el camino inverso al habitual que transita el discurso político del
bipartidismo en sus dos carriles de izquierda y derecha. Hasta ahora, derecha e
izquierda han caminado en paralelo en la misma dirección dialéctica que va
desde el derecho (la doctrina ideológica correcta) a los hechos (o metas
programáticas).
El desigual trazado de
la autovia bipartidista
Se trata de una
“autovía” de asfaltados truculentos por cuanto el asfaltado conservador cuenta
con la inercia histórica de los vencedores, y el trazado de su carril está
lleno de rotondas y circunvalaciones, mientras que el asfaltado del carril
izquierdo es débil, con tramos pedregosos, nulo mantenimiento y lleno de
socavones en senderos pedregosos marcados por importantes hitos aislados en
sanidad, educación, protección social, etc. Hitos que, sin embargo, no
consolidan camino a ninguna parte.
En este caso Podemos se
sale de la autovía bipartidista y transita en la dirección contraria a campo
abierto caminando por los hechos (15M, Plataformas antidesahucios, ecologistas,
damnificados, etc) en dirección a un nuevo "Derecho".
Se trata de un “derecho
de hecho” que, en este caso, no es ningún planteamiento ideológico
determinado sino el derecho práctico que da el poder institucional conquistado
con el voto democrático; es el derecho del “nosotros”. Primero los
sillones, que son los instrumentos de cambio, o “los medios de
producción” en terminología marxista; luego ya veremos.
La blitzkrieg vertical y
el enfriamiento del suffle de chocolate
El conflicto que Podemos
plantea ahora en España a campo abierto es un enfrentamiento novedoso y
original por cuanto confronta el derecho de los de abajo contra el derecho de
los de arriba; no el derecho de la izquierda contra el derecho de la
derecha.
Se trata de una
originalidad que ha pillado a toda la rutinaria feligresía de la democracia
liberal absolutamente desprevenida. Shock paralizante que facilitó de manera fulgurante
e impetuosa el ascenso vigoroso de Podemos. Su crecimiento acelerado semejaba así un suffle de chocolate que crecía al calor de la blitzkrieg y el pavor de
contertulios, y viandantes. En la práctica los politólogos de la Complutense
habían adaptado con éxito a la política española lo que los militares estadounidenses
e israelitas denominaron en la década de los 90 como la estrategia de “Shock
and awe.” Sin embargo en la guerra electoral del 20D se quedaron a las
puertas de las instituciones, lo que suponía el fracaso del proyecto de asalto
a los sillones del gobierno y el peligroso enfriamiento del suffle.
El problema del cambio
climático
Conscientes de que un
cambio climático de enfriamiento del horno político supone la bajada súbita del
suffle la cúpula pensante de Podemos se ve forzada a mantener el fuego a base
de cal vida y propuestas tensionantes que mantengan el pavor de los
contertulios mediáticos a base de exigir ya sillones gubernativos, etc.
El problema es que ellos
mismos son conscientes de que están tomando decisiones torpes y que su discurso
se empantana con lo que necesitan avivarlo constantemente con discursos que
estén anclados en hechos, pero la realidad no alumbra más noticia que la
cotidiana, y la temperatura del horno se encamina hacia la normalidad.
La pasividad del
mayordomo del hambreador
Sin embargo el mayordomo
del hambreador no ataca, ni entra en pavor, se queda en palacio disfrutando del
jardín. No hay pelea. Sólo sale al ruedo un espontáneo con su cuadrilla y
plantan un árbol de 200 puntos de acuerdos para la fiesta nacional. Es decir;
cortan un buen tronco de secuoya y se lo lanzan a la parroquia de náufragos que
apenas se sostienen en el mar. Todo un éxito de salvamento criminal digno del
Guinness world records.
Con tal grado de atino
en el “ellos” los politólogos experimentales de la Complutense
diseñan la estrategia de la prórroga recomponiendo un “nosotros” con traje
de “unidad popular” incorporando –ahora si, aunque de forma
controlada–, el matiz ideológico del arcaico comunismo otrora reconvertido por
Anguita en la vieja Izquierda Unida Convocatoria por Andalucía. Monedero
denomina la adquisición del millón de votos de IU mediante un puñado de
inciertas sillas con el ingenioso cartel de “transversalidad
light,” al objeto de lo asustar a los fieles menos pro–comunistas.
El tren de la bruja
pincha en la estación de Millán Astray
No obstante el tren de
la bruja que para la prorroga 26J monta la “Unidad Popular” para el
sorpasso del “Partido Popular” –y que parte de la estación
Podemos–IU–, ha arrancado con el sindiós de un militar carismático pro–OTAN,
nombrado desde púlpito cabeza de lista en Almería del “nosotros” unidos
popularmente.
De repente los de arriba
de Podemos arrinconan a los de abajo con la misma ortodoxia que “los
ellos”, y obligan a la feligresía anti–OTAN de la IU almeriense
vecina permanente de Viator, el acuartelamiento más vivo del espíritu de Millán
Astray; todo un acierto de decisión de despacho al estilo Laclau. Decisión de
los de arriba que obliga a los de abajo almerienses a tragarse el pastillón del
honorable militar sin más agua que la salada del mar que rodea al cabo de
Gata.
La transversalidad
mandobediente en el imperio del tuerto
Se trata, pues, de una
transversalidad manu militari de un imaginario pueblo
mandobediente en marcha que necesariamente tiene que seguir asumiendo su
habitual sumisión de hecho ante el “derecho” superior de sus
de arriba, so pena que “los nuestros” le corten a los del pueblo almeriense la
única cuerda que le salva del naufragio. En Podemos tampoco hay alternativa para “los
de abajo” que hablan. Su irracionalidad e incongruencia los iguala
con “los ellos” que critican.
Sin embargo, en la
España de la apatía y la ignorancia; la falta de un interés más allá del
estético y visceral–digestivo, tan característico de la cultura hispánica
clásica, eleva la irracionalidad congénita al trono del tuerto en el país de
los ciegos. Realidad que dificulta sobremanera el restablecimiento en España de
una ilustración, tardía y débil, infectada por el cáncer del tertuliano
orgánico en metástasis mediática.
Hispanidad ortodoxa
versus consenso racional
La Izquierda irracional
que alimenta el tándem Anguita–Iglesias es tan vitriólica como la actual democracia
construida sobre los valores de “Capital”, “Herencia” y “familia”.
Sólo los valores de la ilustración con sostén en el pensamiento racional,
objetivo y científico pueden encarrilar el siglo XXI español por la senda del desarrollo humano
positivo que marca la vanguardia occidental. Un progreso que marca el consenso racional como el instrumento de
transformación y avance en la mejora continua de la condición humana. Consenso
racional que configura la mejor bandera de enganche de la cultura
socialdemócrata nórdica.
Concluyentemente el
conflicto real que se plantea en las elecciones del 26J no es entre las
derechas y las izquierdas de España, ni entre los de arriba y los de abajo,
sino fundamentalmente entre la irracionalidad de la hispanidad clásica y la
necesaria reforma de ilustración racional de la sociedad española del siglo
XXI. Una reforma que solo es posible desde planteamientos solventes de una
socialdemocracia congruente tanto desde el análisis semántico de sus postulados
como del análisis sintáctico de sus discursos; de verbo racional y sujetos
objetivamente congruentes con la realidad.
@160516 Paco Muñoz
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