En
la cresta del naufragio neoliberal como principio de orden social, España vive
asimismo la más grave crisis del Estado construido sobre las bases de una
transición superficial dirigida desde el autoritarismo plúmbeo de la dictadura hacia
los brotes verdes del jardín de los bonsáis del pragmatismo progresista como
principio universal de distinción personal.
La
lógica de Felipe González –motor ideológico del tsunami felipista–, reposa ya
en una destacada posición del museo de la historia de España. Justo en la sala
de cómo los sueños de libertad y democracia de un pueblo profundamente
reprimido pueden reconducirse al maravilloso mundo de las burbujas económicas
penalizando y ridiculizando toda referencia a valores éticos y morales, propios
y colectivos.
La entrada
a la sala exhibe a su izquierda el siguiente letrero en oro; ¡Progreso para
quien pueda, y resignación para el resto!
A la
derecha en negro sobre blanco marmóreo cuelga el siguiente letrero: ¡Bienvenidos
a la Constitución del 78!
Aznar impulsó esa misma lógica entre 1996 y
2004 aderezándola con los clásicos dogmas del conservadurismo español. Y tanto
picante le puso a la burbuja que terminó estallándole a Zapatero con la crisis
del neocapitalismo financiero global en 2008. Visitemos el museo:
La
oligarquía rentista más secular de Occidente
Sin valores morales y con una mochila bien
cargada de burbujas, y pragmáticos, el PSOE afrontó su propia deriva política
abriéndole camino a las viejas costumbres de la derecha conservadora que, bajo
la moral de una austeridad destructiva tras el fiestón inmobiliario, seguía
haciendo caja privatizando los servicios públicos a precio de ganga para los
amigos; que son los únicos que, con seguridad y precisión relojera, progresan
en España desde que Franco ganó la Guerra Civil en 1936.
Para no ser de raíz industriosa, tenemos en
España la oligarquía rentista más secular de Occidente viviendo –per secula seculorum– de mercados
cautivos y del expolio del Estado en sus vertientes tanto civil, como militar, además
de gozar de la más amplia protección judicial, ya que todas las leyes son subjetivamente
interpretables en España.
El
gobierno de los débiles y el desmoronamiento del Consenso de Washington
No obstante, y por designio de la providencia
–«contingencia», para los ateos–, la debilidad del PSOE se ha sumado, en la
segunda década del siglo XXI, con las debilidades de Podemos, y otras
debilidades de menor rango estadístico, logrando conformar un gobierno que para
ser consecuente podríamos empezar a denominar como un ejecutivo de «no–derecha dura», ya que lo sustantivo
de la izquierda en España queda todavía por ver.
A esta providencia
interior hay que sumarle la contingencia
exterior, que está tomando cuerpo en el escenario internacional –Europa
incluida–, al comienzo de esta década de los 20 del siglo XXI, toda vez que se
está abriendo paso una fuerte reacción en contra la doctrina neoliberal del
imperio ilimitado de los mercados. En todas partes la doctrina del mercado "libre" y del laissez-faire se
percibe ya como una quimera.
La percepción viene fundamentada en unos
rasgos que ya se reconocen y describen como síntomas mórbidos de la ideología neoliberal
dominante de un orden económico globalizado que desencadenó la crisis de 2008. Orden
que se describe hoy destacando sus graves anomalías de imposible solución; tales
como el crecimiento débil, la desigualdad galopante con colapso de la movilidad
social (los hijos vivirán peor que los padres); un medioambiente expoliado, sobreexplotado
y amenazado, y una clase media en permanente asedio de precariedad y desamparo (1).
Esta reacción ha dinamitado ya el viejo «Consenso de Washington» del progreso
infinito, que abogaba por el constante progreso económico y social
globalizado. Su método, considerado brillante, consistía en impulsar la
privatización sin alternativa –¡There is no alternative!, el célebre “TINA” de Thatcher–, la desregulación de
los mercados y la libre circulación de capitales en un marco amplio de
estabilización macroeconómica con imposición de una fuerte disciplina fiscal y mínimo
gasto público de los Estados. Ideología que tubo su impacto en la propia
configuración de la Unión Europea con el tratado de Maastricht en 1992, con rebote en la
reforma del art. 135 de la Constitución Española de 2011.
La izquierda y el nuevo Consenso post–neoliberal
Sin embargo, uno de los resultados más
patentes de la crisis financiera de 2008 es el desmoronamiento de las ideas
fuerza del consenso de Washington que ahora se están viendo sustituidas por un
amplio movimiento pendular, en el que destaca el denominado «Consenso
post–neoliberal». Consenso amplio que empieza cuestionando el “TINA” oponiéndose al imperio desregulado
de los mercados, y a la supremacía jurídica de la globalización, abogando por
un papel mas relevante de los Estados.
Tres son las áreas más urgentes que señala el
consenso post–neoliberal. De un lado la concepción del Estado como agente
articulador y regulador de los mercados mediante medidas tales como el aumento
de los niveles de salarios mínimos y políticas efectivas antimonopolio, entre
otras.
Por otro lado, señala la figura del Estado como
agente integrador; corrector de las desigualdades mediante políticas
redistributivas agresivas y regenerador de los servicios públicos, e
instituciones al servicio de la comunidad.
Finalmente, el consenso post–neoliberal
contempla una política fiscal y monetaria más proactiva en el impulso de la
dinámica productiva de la comunidad en orden al desarrollo de una sociedad
sostenible con responsabilidad medioambiental que reconsidere la naturaleza
como un bien jurídico de titularidad pública.
La derecha y el secreto de la reforma
legislativa
En este campo, son muchas las voces en el
mundo que señalan el peso determinante de la legislación en la formación de la
riqueza privada. Una de las más destacadas es Katarina Pistor, catedrática de Derecho comparativo en la Universidad
de Columbia que señala que «la riqueza acumulada es en gran medida un
producto de la legislación, y por consiguiente del Estado y del pueblo que lo
constituye»
Es este crucial «detalle» el que fundamenta que la derecha española meta la
Constitución del 78 en «el sagrario de los intocables» de la
política nacional, pues tocar la Constitución del 78 –y su interpretación
sesgada por el Poder Judicial–, es la más seria amenaza al status quo de nuestra oligarquía rentista española basada en la
explotación de los privilegios que obtiene de sus títulos de propiedad.
A diferencia del siglo XVIII, donde la
religión, y el poder eclesiástico constituían la base del sistema social y
político en Europa, y su sínodo de los jueces, como los grandes cancerberos del
sistema improductivo nacional, toda vez que nuestra economía tiene escaso peso
productivo real.
Es, pues, desde el poder legislativo que la
izquierda española debe de afrontar un debate a fondo con fines didácticos antisépticos
para que la población comprenda qué es una ley, cómo se redacta, qué papel
juegan las lagunas, cómo se interpretan los textos legales y qué consecuencias se
pretenden alcanzar; a quienes protege y a quienes desprotege y por qué.
Sin las reformas adecuadas todo
emprendimiento en España será irremediablemente asfixiado, o fagocitado, por
los poderes económicos y financieros establecidos. En este sentido la figura
jurídica de la propiedad intelectual es todo un campo de minas que requiere de
una muy detenida revisión desde la izquierda, al igual que el resto del
ordenamiento civil con la que se entrelaza.
Pero si no se reforma la Ley Orgánica del
Poder Judicial –erradicando la arbitrariedad, penalizando la retórica trilera y
persiguiendo efectivamente la prevaricación ab
libitum, con controles efectivos de calidad, eliminando el subterfugio de
la «sana crítica», y racionalizando
la carga de trabajo y la rutina procesal–, todo será en vano.
La izquierda y el fin de la historia
neoliberal
Por otro lado, el tercer pilar del consenso
post–neoliberal tiene ya voces muy autorizadas en Europa que apremian a la
nueva presidenta de la Comisión Europea Ursula von der Leyen para mover ficha reposicionando tanto
al Banco Europeo de Inversiones como al Banco Europeo para la Reconstrucción y
el Desarrollo con el fin de formar un contrapeso creíble entre Estados Unidos y
China.
Salir de la
sombra del imperio al otro lado del Atlántico, no es fácil, pero permanecer bajo
su protectorado es letal para Europa. Es por ello que la reforma del marco
fiscal europeo se torna urgente en orden a liberar, cuanto antes, un gran
paquete de inversión fiscal que tenga en cuenta las necesidades europeas a
largo plazo en innovación, educación, infraestructuras y modernización de la
economía. Tema que ya aflora con fuerza en los think tank de la Unión Europea, y que con toda probabilidad deberá
surtir efecto en esta legislatura (2).
Austericidio y Expansión cuantitativa (la
impresora de billetes del BCE), son ya políticas obsoletas de cara al futuro
inmediato, incluso para la nueva presidenta del BCE Christine Lagarde, que también aboga por el impulso fiscal.
Realidad que viene a dar viento de popa a los viejos postulados
socialdemócratas al mismo tiempo que sopla viento en contra de la derecha
neoliberal y de las derechas de la caverna española; PP de Casado incluido.
El
interregno del ruido y la crispación. Quijotes en medio del vendaval
Consciente de esta situación la derecha
española trata por todos los medios a su alcance de moldear la percepción y la
imaginación de los ciudadanos generando confusión y ruido al objeto de quitar la
mayor fuerza posible de convicción a los discursos y decisiones que genere el
nuevo gobierno.
No obstante, la equivocación estratégica de
Casado sitúa a la derecha española en un extremismo sin retorno al centro, y
cuya única carta de supervivencia se juega en el entorno del ruido, la
desorientación y la crispación. Sin embargo, el primer golpe duro lo sufrió con
la adhesión de los empresarios al acuerdo de la subida del SMI del gobierno
tildado por el propio Casado de «comunista».
Así, bajo la apariencia de oposición, el
objetivo de la derecha española no es tanto el fracaso del gobierno, como el
enturbiamiento de la opinión pública generando y manteniendo la ignorancia y el
desconcierto en el máximo de frentes posibles. No hay que olvidar que el campo
de batalla no se encuentra ya en unas instituciones bastante diezmadas por el
desinterés y el austericidio fomentado por todos los gobiernos de la
transición. La prueba más patente de esta descomposición institucional no sólo
es observable en la institución judicial, sino que también es visible en la
gran mayoría del sistema institucional español.
Es obvio que, con este panorama por delante,
la derecha española en ningún caso está interesada en la regeneración
institucional toda vez que un Estado civil fuerte empodera a la ciudadanía configurando
un capital colectivo que merma y pone coto a los privilegios de la oligarquía
rentista nacional.
Sin embargo, la idea de un Estado fuerte
viene ya impulsada desde fuera por la propia lógica del denominado «Consenso
post–neoliberal», algo que tanto Casado, como el PP y la oligarquía nacional
ha de presumirse que conocen; ¡fin de la historia!
Esta es la razón por la que el PP no puede
adoptar la posición centrista manteniendo a VOX como fuerza de infantería para
generar y alimentar el desconcierto en la opinión pública lanzando debates
esperpénticos a fin de mantener alta la temperatura de crispación en la
ciudadanía.
Más que una amenaza política; VOX es un
artilugio retórico y mediático de aturdimiento por confusión, ignorancia y
crispación; un aparejo clásico de pesca de arrastre en fondos de aguas turbias concebido
para captura de renegados y excluidos que han perdido la fe en el sistema. ¿Qué
hace la izquierda? Nada. Luchar contra molinos de viento en medio del vendaval.
El mito
de la meritocracia en el olimpo de la expertolatría in vitro
El primer gran éxito de esta política de
enturbiamiento es la ausencia de grandes debates públicos auspiciados por la
izquierda con suficiente eco en los grandes medios de comunicación. Y cuando
digo la izquierda no me refiero a la élite neopija de la expertilandia in vitro de nuestros laboratorios
universitarios. Aquellos que se autoproclaman padres, hijos y espíritus santos
del izquierdismo pseudo–ilustrado en la más absoluta ignorancia de lo que es la
pobreza y la reivindicación de dignidad colectiva.
Fuera de las
estructuras políticas, el principal problema de la izquierda española es que
carece de estructuras civiles comunitarias alternativas que den sentido cotidiano y vertebren un
tejido social. Tras el naufragio de Mondragón sólo permanece transitada el oximorón que auspicia la vieja ley franquista de las cooperativas agrarias.
A la sombra
del gigantismo ideológico de la Iglesia y su doctrina del orden jerárquico
sublunar, lo cierto es que la derecha española surfea permanentemente sobre la
lógica que vertebra de facto la sociedad entera; desde las empresas hasta los
medios de comunicación pasando por las entidades financieras y la gran mayoría
de las instituciones del Estado. Frente
a esta potente lógica conservadora, la izquierda navega permanentemente en las pateras de la desilusión perpetua, naufragando una y otra vez asidos a románticos
conceptos líquidos incapaces de crear en España una realidad consistente.
Así, desde Millán Astray el mérito y la
preparación académica no han sido en España moneda de valor alguno para
conjugar el avance de nuestro sector público compitiendo contra los privilegios de
pertenencia al viejo «movimiento nacional», o a las familias que lo apoyaron y
forman a sus élites en el orden jerárquico «de
toda la vida».
Ni siquiera el subterfugio de los aparentemente «rigurosos» procedimientos de «las oposiciones»
han logrado implementar un sector público competente, o de mayor valía, ni en
la Universidad, ni en la judicatura, ni en las demás instituciones del Estado;
y todo pese a los gobiernos mayoritarios del PSOE. El resultado de esta
historia es que, a día de hoy, la degradación institucional en España es ya un
hecho irrefutable (3).
Sin embargo, el mito de la meritocracia (4) sigue
seduciendo en la izquierda española como principio jerárquico que discrimina al
pueblo ignorante del sapiente titulado, e impulsa la «expertolatría» –o veneración ciega al experto–, mediante los cánticos
de alabanza a los intelectuales que abrazan tanto a Marx como a Santa Teresa,
o a Lacan, Deleuze o Guattari, por citar algunos. Casi ninguno de estos doctos
licenciados conoce, o practica, la humildad socrática; todos son sapientes metafísicos
del mundo de las ideas al mismo tiempo que ignoran la realidad de barriadas
enteras de las ciudades y pueblos de España que subsisten con infrahumanos
subsidios de 430€ mes, o de pensiones no contributivas, o menos aún a la intemperie.
Vista la ciencia macoreconómica universitaria desde la perspectiva monetaria del indigente, la inflación alcanza niveles estratosféricos tan descabellados como la distancia abismal que separa la economía de un subsidiado estatal de la economía de Juan Roig, Amancio Ortega, Jeff Bezos o Bill Gates. No hay racionalidad posible que abarque esta distancia, ni Estado democrático que la justifique.
Vista la ciencia macoreconómica universitaria desde la perspectiva monetaria del indigente, la inflación alcanza niveles estratosféricos tan descabellados como la distancia abismal que separa la economía de un subsidiado estatal de la economía de Juan Roig, Amancio Ortega, Jeff Bezos o Bill Gates. No hay racionalidad posible que abarque esta distancia, ni Estado democrático que la justifique.
Expertolandia
y el periodismo de las maravillas en el castillo de la bruja
El expertólatra –tanto de izquierdas, como de
derechas–, no expende discursos científicos, sino arengas autorerefenciales;
siendo capaz de hablar de la aporofobia (el rechazo al pobre) sin ni siquiera
imaginar que la exclusión no es otra cosa que la pérdida objetiva de dignidad
percibida desde la conciencia de un estatus social tan bajo que el Estado y sus
instituciones –Parlamento democrático incluido–, son percibidos como el
castillo inexpugnable de la bruja de la montaña; el que protege a la humanidad
competente de los zoombies del fracaso, los excluidos a la intemperie; los del
silencio y la abstención permanente.
Rechina, pues, la pomposa celeridad en el
aumento del Salario Mínimo en medio de un mar de precariedad y zoombies
harapientos que dependen del IPREM, el invento creado por Zapatero, a falta de
mayor responsabilidad colectiva, por no hablar de las pensiones no
contributivas ni de los archipiélagos de humanos silvestres.
El cinismo social llega a tal extremo en
España que los sintecho tan sólo salen en los telediarios en nochebuena para
mostrar a los creyentes el buenismo culinario que reúne a algunos de estos
zoombies para degustar un trozo de menú de los del Palacio de la Cenicienta
cocinado por maestros que cobran por un solo plato cantidades inimaginables
para esas personas.
Una camarera en el Capitolio, y las doctas verduleras
del congreso
Mientras tanto vemos atónitos como triunfa en el
Capitolio de Washington figuras como Alexandria Ocaso Cortés, joven camarera de
un bar de Manhattan, ¿Qué diría en este caso la doctora Cayetana y la licenciada
Arrimadas?... (5)
Nuestro problema a este lado del Atlántico es que en España seguimos en
la situación donde toda la clase política nacional, autonómica y local, se nutre de profesionales
del poder autolaureados con el birrete de presuntos ingenieros de la gobernanza
a semejanza de los viejos ingenieros de caminos, puentes, puertos y canales. Es
la meritocracia elevada a rango de claustro político de la mediocridad mágica del
discurso persuasivo cuya única ontología remite a las encuestas y votaciones de
una ciudadanía errante, miope y mal formada e informada.
El pueblo de los siglos XIX y XX ya no
existe. Solo quedan sus votos. Y nuestra democracia se limita al mercadeo de
los percentiles de encuestas y urnas entre los que periódicamente se presentan
al concurso del poder.
La democracia en España se ha convertido en
un supermercado de la política con campañas y productos electorales para un
mercado político plagado de ignorancia asilvestrada y chiringuitos de todo tipo
donde los grandes señores multiplican sus ganancias vendiendo toda clase de
pócimas de libertad, sumisión, emancipación, justicia, discriminación, odio,
desigualdad, igualdad, salvación, condena, independencia, patria, etc, etc.
etc…
Cambiemos
ya España
Así pues, mediante la estrategia de
enturbiamiento y crispación la derecha española pretende impedir que se
clarifique este mercado de la política fomentando que los votantes conserven su grado de
ignorancia privada ya que todo conocimiento es pernicioso por su tendencia a
empoderar las comunidades de pensantes que siempre conducen al comunismo del
sentido común. Fenómeno social –el del sentido común–, que en España no se
conoce desde la derrota de la Armada “Invencible”.
Es por ello que la izquierda social española
necesita recuperar la coherencia ideológica y el sentido común para establecer
una ética y una moral sólidas y muy alejadas del pragmatismo felipista que empodera
sólo a los «listos» culpando al resto de ineptos.
No se trata sólo de combatir la corrupción
mediante ejércitos de inspectores. Se trata de crear el sentimiento colectivo
de una sociedad que se respete a sí misma; y eso sólo puede alcanzarse
reconstruyendo el sentido común, limpiando el enturbiamiento de la mediocracia,
desenmascarando la expertolatría con fuertes dosis de pensamiento crítico y aislando la crispación mediante el diálogo y
el consenso con las gentes reales para que el poder emane efectivamente del
pueblo, tal y como dice la Constitución del 78. Justo lo que no desea la
derecha política, ni judicial.
El consenso post–neoliberal da alas a esta
empresa:
¡Cambiemos ya España!
© 200130 1329 PACO MUÑOZ
NOTAS:
(1).- Con fecha 30 de 0ctubre de 2019 la agencia
tripartita de la UE denominada Fundación Europea para la Mejora de las
Condiciones de Vida y de Trabajo publicaba un estudio sobre el peso de la clase
media en Europa entre los años 2004 y 2015. En sus conclusiones el estudio
afirma que «La clase media disminuyó en
tamaño en la mayoría de los países europeos entre 2008 y 2013 y, en la mayoría
de los casos, esto ocurría en parejo con una expansión de la clase baja de los
ingresos. Esta reducción del tamaño de la clase media fue especialmente
pronunciada en algunos de los Estados miembros periféricos más afectados por la
crisis, como Grecia, Irlanda, Portugal y España.» Más adelante excluye
España de una inversión de la tendencia registrada por el estudio entre los
años 2013 al 2015. Ver estudio en; https://www.eurofound.europa.eu/publications/customised-report/2019/recent-developments-in-the-state-of-the-middle-classes
(2).- Sin duda, el principal escollo para mejorar
la inversión pública en Europa está en cómo la Unión Europea puede salir de la
sombra estratégica de Estados Unidos y de la «paranoica» política
presupuestaria de su Departamento de Defensa. Paranoia que tiene incidencia directa
sobre la OTAN. En este sentido la OTAN se configura ya como uno de los
principales problemas del gasto fiscal en la Unión Europea ya que la exigencia
de Trump de aumento del gasto de defensa significa, sólo para Alemania un
incremento del 2% de su PIB para gasto militar anual, lo que equivale a la
cantidad de unos 80.000 millones de euros según lo acordado en la cumbre de la
OTAN de 2014 en Gales. Ya en 2018 Francia propone, además, un gran aumento del
presupuesto de defensa (ver: https://www.defensenews.com/global/europe/2018/02/08/france-proposes-big-defense-budget-hike/).
Sin embargo, la estratosférica espiral de gasto militar USA ha llevado
recientemente al máximo general de la fuerza aérea norteamericana, general Dave
Goldfein, a rehusar verse envuelto en lo que él mismo denominó como «paranoia presupuestaria» para el año
fiscal 2021 (ver: https://www.defensenews.com/air/2020/01/27/air-forces-top-general-doesnt-want-to-get-mired-in-budget-paranoia/
(3).-Ver, entre otros, los recientes artículos de
Javier Pérez Royo y José Antonio Martín Pallín: https://www.eldiario.es/contracorriente/paso-degradacion-institucional_6_989411073.html, y https://www.eldiario.es/zonacritica/Junta-Electoral-Central-tomar-decision_6_990110987.html
(4).- El concepto
de la meritocracia se acuña por el inglés Michael Young en 1958 con la
publicación del libro The Rise of Meritocracy al objeto de ampliar
y redondear el clásico concepto del gobierno de los tecnócratas. Young
desarrolla una sátira acerca de una distopía del futuro, en la que la
inteligencia natural de cada persona –medida desde temprana edad con exámenes
psicométricos, coeficientes de inteligencia, etc.–, definía su rol en la
sociedad, para dejar atrás las otras formas clásicas de discriminación social
que anteriormente habían definido las relaciones de desigualdad; formas tales
como la clase social, las relaciones políticas, el origen étnico o el lugar
donde se nace. En el libro, Young deposita una gran carga satírica sobre el concepto
del «mérito» ya que deja ver que se trata de un orden que únicamente administra
la desigualdad para profundizarla, justificarla y petrificarla, en lugar de
aliviarla. La meritocracia conforma simplemente una perspectiva más del orden
jerárquico clásico, militar o religioso, del modelo de sociedad estratificada.
En definitiva «mérito» y «preparación técnica» no son más que una justificación
de privilegio social. Algo muy visible en la retórica de los tertulianos
actuales donde el supuesto conocimiento de los expertos se vuelve sospechoso,
injusto y elitista bajo el mantra de que sus conocimientos exclusivos no están
al alcance de «el pueblo», y justificar así el caché de sus intervenciones
mediáticas. ¡Puro payaseo circense de gente que ni siquiera conocen lo mucho
que ignoran!
(5).- Como exponentes del bajo grado intelectual
de la mediocracia de nuestra expertolatría ver la actuacíón de la licenciada
Inés Arrimadas en el Congreso: https://www.europapress.es/nacional/noticia-arrimadas-burla-adriana-lastra-congreso-cuestionando-curriculum-20200105125036.html,
así como también el abultado curriculum de experta en obispos de Cayetana
Álvarez de Toledo, XIII Marquesa de Caja Fuerte; https://www.elplural.com/politica/los-genoveses/cayetana-alvarez-de-toledo-una-patriota-en-diferido_214826102
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