La Calle de Córdoba XXI

miércoles, 27 de julio de 2022

El derrumbe de la izquierda española. No hay clases sociales; hay posiciones sociales.

A las puertas de una crisis anunciada con los frescos de otoño, Andalucía es el síntoma de una sociedad –la española–, perdida entre un extendido escepticismo económico–político y un futuro carente de ideas. Los del PP no las necesitan, y nunca las necesitaron, porque desde la dictadura que les alumbró, lo único importante para la derecha española son los patrimonios personales.

Sin patrimonio no hay derecha que valga. Y es por ello que el arte de la transición del 78 fue lograr mantener intactos los dos pilares fundamentales del tardofranquismo. De un lado el intocado, e intocable, Poder Judicial. De otro la doctrina básica de la propiedad que justifica su metabolismo de acumulación capitalista entre la lógica evangélica de San Mateo 13:12 –«Al que tiene se le dará más todavía y tendrá en abundancia, pero al que no tiene se le quitará aún lo que tiene»–, y la ley de Moises por la que solo «quien tiene padrino se bautiza»

lunes, 31 de enero de 2022

El Poder Judicial; la herramienta suprema contra el avance social.


Esto es una reseña–comentario del artículo de Iván Montemayor, «La Reacción y la Revolución al Poder Judicial», publicado esta semana en Sin Permiso. (1) Se trata de un trabajo excepcional, de trazo limpio, y claro, que reconstruye en toda su trazabilidad un trozo de mapa del poder más centralizado y absoluto de la «modernidad» pseudo-ilustrada española; el así denominado «Poder Judicial.» 

Digo excepcional porque siendo el artículo de lenguaje simple, y sintético, marca sin duda, un relevante punto de inflexión en un debate donde resulta muy difícil encontrar nada igual en toda la gigantesca maraña académica de los quintacolumnistas del derecho ciego español auto denominado ius positivista

miércoles, 29 de septiembre de 2021

La ficción económica del siglo XXI; Libertad contra Democracia

Corren tiempos difíciles para pensar. Verdad o mentira, ficción o realidad, solo son distintas versiones de lo que hoy se configura como «sabiduría compartida» en una mezcolanza tan indistinguible como volátil. Si bien escribir en esta atmósfera turbia se asemeja cada día más a la actividad de manchar papel higiénico, leer, ver noticias o escuchar expertos tertulianos, es como ir a misa en tiempos de pandemia; una actividad con alto riesgo de infección mental, o «infodemia»

No es extraño, pues, que los nostálgicos de la ilustración se aferren a la racionalidad como único valor de «verdad», pese a que ésta se desvanece en el tumulto y desaparece triturada en las hegemónicas fábricas de ficciones de conveniencia. O como lo ha expresado recientemente el influyente filósofo y lingüista norteamericano Noam Chomsky; «la técnica de fabricar mentiras constantemente tiene como resultado que el concepto de verdad simplemente desaparece» (1).

miércoles, 25 de agosto de 2021

El capital es la verdad neoliberal. Fe y progreso en la democracia de los desiguales

Tras la conmoción del Covid retorna la música del «business as usual» en una normalidad tan aparente que para diferenciarla de la anterior se le llama eufemísticamente «nueva normalidad». Nueva, pese a que persiste el desorden climático, el crecimiento de las desigualdades sociales, la expansión de los niveles de endeudamiento, la automatización del trabajo, el impulso de la Inteligencia Artificial, y el avance del capitalismo cognitivo, además del ritmo de agotamiento de las fuentes de energía, etc. etc. Es decir; la nueva normalidad es la persistencia de la anormalidad habitual.

jueves, 15 de julio de 2021

El alma del capitalismo y la burbuja de las Corporaciones de Interés Político

Todos los dogmas envejecen, se deterioran, pierden color palideciendo hacia el tono sepia de las mentiras mugrientas y finalmente caen en la hojarasca del brumario de invierno. Se trata de un proceso de descomposición que afecta a todos los imperios del presente que, con el paso del tiempo, van desintegrándose en los polvos de un pasado sepulcral. Consecuentemente en la vida real no hay gloria que dure ni mentira que perdure.

Así, conforme el siglo XXI va dejando atrás los días de la agenda, los dogmas de la modernidad van perdiendo color con la sucesión de las nuevas generaciones. El principal de esos dogmas sagrados es el de la separación de poderes tanto en su variante caciquil de la separación entre política y economía, como en su vertiente togada de la (in)dependencia judicial, o lo que es lo mismo; la separación entre política/economía y derecho.

Más que una verdad necesaria, la separación de poderes no deja de ser hoy más que un cuento romántico que ni siquiera el lobo de la caperucíta hobbesiana es capaz de tragarse pese a que ya en el siglo XVIII este lobo sabía hasta latín y decía que: «homo hominis lupus». La cuestión es que si el hombre es un lobo para el hombre ¿por qué separar entonces el alma de semejante criatura darwiniana en dos (o tres), lóbulos independientes? 

miércoles, 7 de julio de 2021

La masa fundamental de patrimonio y capital, el espacio jurídico–económico y la práctica de la justicia para paletos

“No sé cuál es la impresión que yo debo producir a los demás, pero a mis ojos no soy más que un niño jugando en la playa y que se divierte al descubrir de vez en cuando un guijarro más liso o una concha más bonita de lo habitual, mientras el gran océano de la verdad se extiende imperturbable ante mí”.

Isaac Newton (1)

A pesar del planetario fracaso de la Escuela de Chicago los meritados académicos de esta doctrina descompuesta siguen empecinados en que sus conocimientos sobre la economía son los correctos desde el punto de vista científico. Las ciencias sociales ya no son un enfrentamiento con la realidad, sino el arte de hacer ver como real lo que, a todas luces, es ficticio, mediante el embrujo de curvas, números y estadísticas. Lo que en la Edad Media se presentaba como prodigios de ángeles y santos, se presenta ahora en forma de gráficos matemáticos, fórmulas y parábolas celestiales como la que los economistas llaman «la eficiencia de Pareto»; la que aumenta cuando nadie sale perjudicado y la situación de alguien mejora.

domingo, 4 de julio de 2021

El liberalismo y la doctrina económica de los tres tantos

La doctrina económica liberal, o neoliberal, lejos de ser un mundo aparte, desligado e independiente del resto de las manifestaciones políticas, sociales y culturales del ciudadano moderno, constituye el fundamento mas determinante de su identidad. El mismo concepto de persona es la clave ideológica, institucional, científica, religiosa, jurídica y económica que atraviesa la esencia del mundo moderno diferenciándolo de cualquier periodo anterior de la historia.